viernes, 15 de octubre de 2010
Nuevas Presentaciones
VIERNES 22 DE OCTUBRE 17 HS
Casa de la Cultura Carlos Aguilera- San José
Espectáculo seleccionado por la5ª Feria de promoción de la lectura y el libro.
SÁBADO 23 DE OCTUBRE 17 HS
Centro Cultural Florencio Sánchez
Grecia 3281.Entre Inglaterra y Norte América
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Esto dijo el Boulevard
Última función de Migajas
Martes, 28 de Septiembre de 2010 15:46
Escrito por Karima Guglemeier - Denisse Ferré
El temporal de Santa Rosa fue el encargado de musicalizar el estreno de Migajas. La lluvia se dejaba oír en la Sala Cero del Galpón, de la misma manera que se dejaría oír en la infinidad de “casas de chapa por dentro” que tiene Montevideo. El símil de una de ellas estaba montada en el escenario.
La habitación de la casa, que oficia de dormitorio, cocina y comedor está desvencijada. En las paredes se ven pegadas fotos de los jugadores celestes. No hay electrodomésticos ni muebles.
Sebastián Barrios, actor, director y dramaturgo, llevó a escena esta vez Migajas, una obra construida sobre la base de El desalojo de Florencio Sánchez.
Ambos personajes son seres marginados por la sociedad, a pesar de que por un momento se observa una diferenciación entre la que tiene propiedades y la inquilina.
Pobreza, venta de niños, prostitución no formal, por llamarlo de una manera, violencia en el lenguaje, en el ambiente, en los movimientos. Amargura, pero con cierto toque de picardía.
Un travesti que vive de rentas, es el que se decide a dar el desalojo a Indalecia, alquila ranchos a gente marginal, por momentos emerge de él un discurso autoritario, pero luego comprende que es tan marginado como sus inquilinos. En este caso su inquilina es madre, tiene dos hijos a su cargo y otro “que anda por ahí”. Cuando por fin creyó que la vida le estaba ayudando su marido sufre un accidente y queda vegetal, “el único que me quería, era trabajador, quería un hijo propio”. Otra realidad, la de las madres con varios hijos sin padres presentes.
Una migaja es la parte más chiquita que puede extraerse del pan. Algo que según la RAE pueden ser “desperdicios o sobras de alguien que aprovechan otros”. Algo ínfimo, que no significa casi nada. En ese casi está compuesta la obra de este director, que apuesta a las historias ínfimas para construir cuadros de la sociedad actual. Una historia de la pobreza absoluta, de estancamiento, en donde ya casi ni migajas de nada quedan.
La obra dirigida por Barrios plantea un significativo grado de contemporaneidad. El espectador podrá sentirse en una situación cotidiana en cualquier asentamiento montevideano. Micaela Gatti, en el papel de Indalecia, es la actriz de cabecera de Barrios, habiendo trabajado juntos ya en Menarquias y Huérfanos (dirigida por Bernardo Trias), por nombrar dos.
Migajas está inspirada en el texto de Sánchez El desalojo, estrenada en el Teatro Apolo, Compañía de los hermanos Podestá, el 18 de julio de 1906. Se trataba de un sainete ambientado en un conventillo que no tuvo mucha repercusión.
La versión de Barrios reduce a dos personajes en escena los más de diez que aparecen en el texto de Sánchez, Indalecia y la encargada de la pensión. Si bien algunos de los demás personajes aparecen en las charlas que tienen ambos en el transcurso del espectáculo, el director lo transforma en un mano a mano de protagonistas donde cada uno irá exponiendo sus miserias.
El texto de Sánchez plantea un ambiente de cocoliche que ambienta ese conventillo en donde se sitúa la historia, que brinda color al texto aportando al contenido del mismo. El cocoliche era la manera de comunicarse de los inmigrantes italianos, un modo de diferenciarse de lo local. No se trataba de un código común, debido a que quien hablaba en cocoliche no esperaba una respuesta en esta variedad, como es el caso en el texto de Sánchez de Genaro y la encargada de la pensión.
En el caso de resignificación de Barrios, se nota una diferencia de registro del habla entre los dos personajes, marcando un carácter de mayor marginalidad en el lenguaje utilizado por Indalecia que la separa de la encargada de la pensión, un travesti, encarnado por Fernando Larrosa, con una caracterización muy precisa.
Otra de las diferencias con el texto de Sánchez es que en el mismo, Indalecia, es una mujer vieja, mientras que en el texto de Barrios emerge la problemática de las madres jóvenes con varios hijos de padres diferentes a cargo.
El barrio aparece como un personaje más, presente en los discursos de ambos protagonistas así como el qué dirán y las idas y vueltas de opiniones sobre la miseria ajena.
Foto: Ignacio López
Como es característico en la obra de Barrios, nunca aparecen polaridades del bien y el mal, sino que ponen a prueba al espectador con los giros en las acciones de los personajes, remarcando con las peripecias el carácter siempre humano y contradictorio de los mismos.
Barrios construyó un puzle del infortunio social contemporáneo resuelto con optimismo, como suele verse en la mayoría de sus obras, a la salida de callejones sin salida.
Función: Jueves, 21hs. (última función jueves 30 de setiembre). Sala Cero. Teatro El Galpón.
Entradas: $150. Socio Espectacular $80
http://www.elboulevard.com.uy/portal/teatro/255-ultima-funcion-de-migajas.html
Martes, 28 de Septiembre de 2010 15:46
Escrito por Karima Guglemeier - Denisse Ferré
El temporal de Santa Rosa fue el encargado de musicalizar el estreno de Migajas. La lluvia se dejaba oír en la Sala Cero del Galpón, de la misma manera que se dejaría oír en la infinidad de “casas de chapa por dentro” que tiene Montevideo. El símil de una de ellas estaba montada en el escenario.
La habitación de la casa, que oficia de dormitorio, cocina y comedor está desvencijada. En las paredes se ven pegadas fotos de los jugadores celestes. No hay electrodomésticos ni muebles.
Sebastián Barrios, actor, director y dramaturgo, llevó a escena esta vez Migajas, una obra construida sobre la base de El desalojo de Florencio Sánchez.
Ambos personajes son seres marginados por la sociedad, a pesar de que por un momento se observa una diferenciación entre la que tiene propiedades y la inquilina.
Pobreza, venta de niños, prostitución no formal, por llamarlo de una manera, violencia en el lenguaje, en el ambiente, en los movimientos. Amargura, pero con cierto toque de picardía.
Un travesti que vive de rentas, es el que se decide a dar el desalojo a Indalecia, alquila ranchos a gente marginal, por momentos emerge de él un discurso autoritario, pero luego comprende que es tan marginado como sus inquilinos. En este caso su inquilina es madre, tiene dos hijos a su cargo y otro “que anda por ahí”. Cuando por fin creyó que la vida le estaba ayudando su marido sufre un accidente y queda vegetal, “el único que me quería, era trabajador, quería un hijo propio”. Otra realidad, la de las madres con varios hijos sin padres presentes.
Una migaja es la parte más chiquita que puede extraerse del pan. Algo que según la RAE pueden ser “desperdicios o sobras de alguien que aprovechan otros”. Algo ínfimo, que no significa casi nada. En ese casi está compuesta la obra de este director, que apuesta a las historias ínfimas para construir cuadros de la sociedad actual. Una historia de la pobreza absoluta, de estancamiento, en donde ya casi ni migajas de nada quedan.
La obra dirigida por Barrios plantea un significativo grado de contemporaneidad. El espectador podrá sentirse en una situación cotidiana en cualquier asentamiento montevideano. Micaela Gatti, en el papel de Indalecia, es la actriz de cabecera de Barrios, habiendo trabajado juntos ya en Menarquias y Huérfanos (dirigida por Bernardo Trias), por nombrar dos.
Migajas está inspirada en el texto de Sánchez El desalojo, estrenada en el Teatro Apolo, Compañía de los hermanos Podestá, el 18 de julio de 1906. Se trataba de un sainete ambientado en un conventillo que no tuvo mucha repercusión.
La versión de Barrios reduce a dos personajes en escena los más de diez que aparecen en el texto de Sánchez, Indalecia y la encargada de la pensión. Si bien algunos de los demás personajes aparecen en las charlas que tienen ambos en el transcurso del espectáculo, el director lo transforma en un mano a mano de protagonistas donde cada uno irá exponiendo sus miserias.
El texto de Sánchez plantea un ambiente de cocoliche que ambienta ese conventillo en donde se sitúa la historia, que brinda color al texto aportando al contenido del mismo. El cocoliche era la manera de comunicarse de los inmigrantes italianos, un modo de diferenciarse de lo local. No se trataba de un código común, debido a que quien hablaba en cocoliche no esperaba una respuesta en esta variedad, como es el caso en el texto de Sánchez de Genaro y la encargada de la pensión.
En el caso de resignificación de Barrios, se nota una diferencia de registro del habla entre los dos personajes, marcando un carácter de mayor marginalidad en el lenguaje utilizado por Indalecia que la separa de la encargada de la pensión, un travesti, encarnado por Fernando Larrosa, con una caracterización muy precisa.
Otra de las diferencias con el texto de Sánchez es que en el mismo, Indalecia, es una mujer vieja, mientras que en el texto de Barrios emerge la problemática de las madres jóvenes con varios hijos de padres diferentes a cargo.
El barrio aparece como un personaje más, presente en los discursos de ambos protagonistas así como el qué dirán y las idas y vueltas de opiniones sobre la miseria ajena.
Foto: Ignacio López
Como es característico en la obra de Barrios, nunca aparecen polaridades del bien y el mal, sino que ponen a prueba al espectador con los giros en las acciones de los personajes, remarcando con las peripecias el carácter siempre humano y contradictorio de los mismos.
Barrios construyó un puzle del infortunio social contemporáneo resuelto con optimismo, como suele verse en la mayoría de sus obras, a la salida de callejones sin salida.
Función: Jueves, 21hs. (última función jueves 30 de setiembre). Sala Cero. Teatro El Galpón.
Entradas: $150. Socio Espectacular $80
http://www.elboulevard.com.uy/portal/teatro/255-ultima-funcion-de-migajas.html
sábado, 11 de septiembre de 2010
miércoles, 1 de septiembre de 2010
sábado, 28 de agosto de 2010
martes, 17 de agosto de 2010
domingo, 30 de mayo de 2010
TEATRO PEDAGÓGICO
Migajas está inspirada en “El Desalojo” de Florencio Sánchez. Sitúa la acción dramática en un asentamiento irregular y expone el conflicto de una mujer joven con su esposo internado en estado delicado y tres hijos a su cargo, quienes serán desalojados al no cumplir con el alquiler del rancho.
Esta realidad enfrentará a la protagonista a situaciones que deberá resolver para salir de la miseria.
Migajas es contada a partir de dos personajes de “El desalojo” La encargada (que en este caso es la dueña del rancho) e Indalecia (la protagonista) aunque a medida que avanza el conflicto aparecen todos los personajes de la obra de Sánchez, cumpliendo un rol fundamental para el desenlace de la trama.
Es un espectáculo pedagógico que plantea una realidad difícil, y que sobre todas las cosas rescata valores fundamentales de nuestra sociedad.
Migajas está protagonizada por Micaela Gatti y Fernando Larrosa. La escenografía y el vestuario son de Magalí Aguerre, las luces de Inés Schaich y las funciones serán los jueves de setiembre a las 21 hs en la Sala Cero del Teatro El Galpón.
jueves, 29 de abril de 2010
Florencio Sánchez- Sobre El Desalojo
PERSONAJES:
Indalecia: Protagonista de la obra. Inquilina desalojada. Mujer de numerosos hijos. Es costurera, pero no consigue trabajo. De joven se separó de su padre para irse con su marido.
Encargada: Dueña del conventillo. Mujer italiana. Habla la mezcla de italiano con español, llamada “cocoliche”. Actúa de manera desconsiderada.
Vecina 1ª: Inquilina. Mujer humilde y burlona.
Vecina 2ª: Inquilina. Mujer cortés.
Juan: Inquilino. En la obra interviene una sola vez.
Inválido: Padre de Indalecia. Viejo soldado, inválido de la guerra del Paraguay. Se deduce que nunca había buscado a su hija desde que ella se fue con su marido, lo que le reprocha. A pesar de la miseria que enfrenta su hija, le pide que le entregue el poco de dinero que tenía.
Genaro: Inquilino, inmigrante italiano. Habla la mezcla de italiano con español. Es un hombre de buenos sentimientos, que actúa con Indalecia y sus hijos de manera compasiva y paternal; les da comida y trata de defenderlos de las agresiones de la encargada y hasta del propio padre de ella. Constantemente repite una expresión: ¡Bruta gente!.
Chicos: Humildes. Juegan en el conventillo. En la obra se encuentran hambrientos.
Una nena: Hija de Indalecia.
Comisario: Se lo presenta como un funcionario equilibrado, que mantiene el orden pero sin prepotencia. Muestra cierto grado de compasión por la situación de la mujer.
Periodista: Muestra un poco de compasión por Indalecia.
Fotógrafo: No parece querer ayudar a Indalecia, sino lograr un tema sensacionalista para su diario.
ESTRUCTURA DE LA OBRA:
La obra se estructura en un acto con un solo cuadro que se entabla en el patio de un conventillo. Consta de 8 escenas (marcadas por la entrada o salida de un personaje):
Escena I: Encargada. Vecina 1ª. Indalecia. Vecina 2ª. Juan.
Escena II: 1ª aparición de Genaro.
Escena III: Habla uno de los chicos.
Escena IV: 1ª aparición de “Inválido”.
Escena V: Reaparición de “Encargada”.
Escena VI: Reaparición de Genaro.
Escena VII: Aparición del Comisario y el periodista. Habla “Una Nena”.
Escena VIII: Llega el fotógrafo.
LENGUAJE:
En “El Desalojo” se emplea un lenguaje que contiene las deformaciones que el idioma español tuvo en el Río de la Plata. Los personajes inmigrantes napolitanos mezclan palabras españolas con pronunciación italiana y expresiones de su lengua, conocido con el término “cocoliche”. Se expresan de manera humilde.
ARGUMENTO:
“El Desalojo” cuenta la historia de Indalecia, una mujer de numerosos hijos que al no poder pagar el alquiler de una pieza en un conventillo, la desalojan. Su marido, Daniel, sufrió un terrible accidente, por el cual quedó paralítico.
La encargada luchaba día a día para poder cobrar el alquiler de los inquilinos.
La mayoría de los vecinos, e incluso la encargada se quejaban del estorbo de las pertenencias de Indalecia en el patio del conventillo. No eran solidarios con ella, sino muy desconsiderados, excepto por Genaro que le dio su apoyo y consentimiento.
Ante este hecho, se publicó la noticia en el diario y se levantó una suscripción para que la gente enviara dinero.
Durante el suceso de la obra, y después de muchos años sin verse, aparece “Inválido”, el padre de Indalecia que al enterarse del hecho a través del diario, se dirige hacia el conventillo a ver a su hija. Indalecia lo recibe. El padre no podía ayudarla, pero sugirió que envíe a sus hijos a un asilo. La mujer rechazó inmediatamente esta proposición ya que quería mucho a sus hijos.
Luego aparece el comisario y el periodista con el poco dinero de la colecta. Indalecia lo recibe muy agradecidamente, pero el comisario le informa que, ante su situación, ya está todo dispuesto para que la Sociedad de Beneficencia tome a sus hijos. La desconsolada mujer vuelve a rechazar este planteo.
Más tarde aparece el fotógrafo, que muy despiadado, sólo desea tomar su foto, en medio de una terrible desolación.
Ya en el final de la obra, Indalecia tristemente decide enviar a sus hijos al asilo e ir a visitarlos a menudo: “... Bueno...Sí...Hagan de mí lo que quieran...¡Sí!... ¡Pobres hijitos míos!...”.
En su desesperación, termina entregando el dinero que era para pagar el alquiler, a su padre; quien seguramente lo empleará para emborracharse.
CONFLICTO:
En la obra, la protagonista (Indalecia) debe elegir entre dos opciones negativas:
a) Quedarse junto a todos sus hijos, sin vivienda, en busca de un trabajo, y arriesgándose a que sus hijos se conviertan en criminales para poder comer.
b) Separarse de sus hijos y dejarlos a cargo de la Sociedad de Beneficencia, pudiéndolos ver a menudo.-
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